jueves, 21 de junio de 2018

Adiós, SDySV.

Hoy (21 de junio de 2018), ha sido mi último día como alumna en el San Diego y San Vicente.

Las despedidas siempre me han sido difíciles, las odio. Pero la vida está llena de ellas, y son necesarias para seguir adelante. Un adiós, sin embargo, no siempre es para siempre. Hay despedidas que cuestan más que otras. Por las circunstancias que las rodean, el tiempo en el que suceden, o las personas que conllevan. En este caso me cuesta despedirme por todo lo que significa este concreto adiós.

No es solo un adiós a un colegio de ladrillo y cemento. No es solo un adiós a la etapa más importante (probablemente) de mi vida. Para mí, significa despedirme de mucho más.

He crecido en el San Diego desde que tenía 3 años. He pasado tanto tiempo en él que ahora se me hace imposible imaginarme no pisar el San Diego cada día.

Llevo aquí 13 años, ni siquiera un cuarto de lo que posiblemente (eso espero) viviré. En realidad no es tanto tiempo. Pero de los 16 años que llevo viviendo en este mundo, estos 13 años ahora mismo lo son todo.

Podría seguir con este tono nostálgico y triste. Pero me gustaría tomarme esto como una carta de agradecimiento. Mejor sonreír que llorar al recordar el pasado.

Mi familia ha sido (como siempre fue, es, y será) mi continuo apoyo durante estos 13 años. A pesar del drama, y las despedidas temporales, siempre han estado ahí. Aunque no siempre me entiendan, están ahí, y solo por ello, muchas gracias se queda corto para lo que me gustaría expresar.

Los profesores pueden haber sido estrictos, o haber dado miedo en ciertos momentos. Sin embargo, sin ellos yo no podría ni siquiera estar escribiendo esto. No podría hablar como hablo, ni pensar como pienso. Y sin eso, no podría ser como soy. Además de los libros que momentáneamente han parecido interminables, ya sea de las asignaturas que más me gustaban o de aquellas que no podía aguantar, mis profesores me han enseñado mucho más de lo que piensan que nos enseñan. No solo han sido temas escritos en libros de texto, ejercicios en cuadernos, o proyectos colectivos sobre matemáticas, lengua, historia, inglés, biología, etc. También han sido lecciones que me servirán para toda la vida. Lecciones que me ayudan ahora y sé que me ayudarán en el futuro. He aprendido tanto de ellos. Espero sinceramente que ellos también aprendan de nosotros.
Además de todo ello, siempre me resultará inexplicable y admirable la paciencia que tienen para aguantar a tantos niños y adolescentes. Les admiro como personas que me han enseñado a ser capaz de tener una opinión propia, y compartirla con los demás. Como personas que trabajan para ayudar y preparar a las generaciones más importantes.
Espero que todos ellos lo sepan.
Aunque no siempre estemos de acuerdo, y haya habido momentos en los que me he quejado de ellos, aprendo constantemente. Qué suerte tengo por el simple hecho de tener la oportunidad de aprender. Y más agradecida me siento por los profesores que he tenido y con los que he aprendido.
No creo que los alumnos os lo digan lo suficiente: gracias por todo lo que hacéis por nosotros.

También le agradezco a mis amigos. Aquellos que han pasado este tiempo conmigo. Aquellos que han estado desde 1° de infantil como yo, aquellos que han llegado después y siguen aquí, y aquellos que se han ido antes. Aunque ya no nos vemos, ni hemos mantenido el contacto, o ya no volvamos a hablar ni nos vamos a ver tanto como antes, que sepáis que habéis sido (si no ahora) importantes en algún momento de mi vida.

Para aquellos que ahora forman una parte importante de mi vida, aquellos que seguiré viendo y que incluso mañana mismo veré, sois importantes en mi vida aunque no siempre lo parezca. Afectáis a mi forma de pensar y actuar. Esta etapa en el colegio me hubiera resultado imposible de vivir si vosotros no hubierais sido mis compañeros. Aunque haya habido dificultades, me alegro de haberos conocido a todos. Me alegro de que ahora pueda llamaros mis amigos, y de que vosotros también me podáis llamar amiga.

La lista de momentos con el San Diego que me han marcado y que recuerdo y me gustaría recordar siempre, se extienden hasta el punto de parecer que llegan al infinito. Ya sean malos o buenos, no me arrepiento de ningún momento que he pasado en esta estapa. De ser así, no sería quién soy ahora, y me gusta de verdad quién soy.

A todas las personas que he dirigido esta carta: mi familia, mis profesores, y mis amigos, os estoy eternamente agradecida. Espero que seáis conscientes de ello.

Gracias por todo.

Pd: No me despido porque no quiera volver a veros. Me despido para empezar un nuevo futuro. Y para deciros que espero encontrarme con vosotros en él.

Qué afortunada soy de tener algo de lo que me cuesta despedirme. -WinniethePooh


Nos vemos pronto, SDySV.

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